En esta nueva normalidad con el COVID-19, los desinfectantes para manos y tapabocas se han implementado como una medida de prevención sanitaria. Una metodología aplicada para ingresar en tiendas, restaurantes, cafés, entre otros; y proteger así tanto a empleados como a clientes.
Si bien estas precauciones reducen el riesgo de contagio, muchos establecimientos cometen el error de usarlo como único mecanismo de prevención sanitaria. Sin tomar en cuenta que aglomeran diariamente personas en un espacio cerrado, usualmente sin una ventilación adecuada.
La calidad del aire interior debe ser una prioridad absoluta para cualquier empresa. Al igual que otras infecciones respiratorias, estos virus se contagian por minúsculas gotas que circulan libremente por el aire.
La Agencia de Protección Ambiental en los Estados Unidos clasifica la contaminación del aire interior entre los cinco principales riesgos para la salud. Además, establece que la mejor manera de abordar este riesgo es controlar o eliminar las fuentes de contaminación.
Sus investigaciones han demostrado que centros comerciales, tiendas de comestibles, hospitales, comercios y escuelas están expuestos a entornos insalubres similares.
Estos espacios desprotegidos acarrean problemas de salud tan frecuentes como congestión nasal, dolores de cabeza, alergias, asma o gripe. Y hoy en día se suma el grave riesgo de contraer alguna cepa de coronavirus.
¿Cómo garantizar un aire realmente limpio en tu negocio?
Las bacterias, moho, esporas, hongos y virus crecen rápidamente dentro de los sistemas de calefacción y ventilación. Inclusive en los sistemas de aire acondicionado (HVAC), tan imprescindibles en Panamá.
Estos microorganismos se distribuyen por todas las instalaciones a través de los conductos del inmueble. Ello hace que el medio ambiente sea infeccioso, insalubre e inseguro, sin que nos demos cuenta. La aplicación de productos químicos es eficaz al momento de usarlos. Aunque por medio de purificadores de ambientes refuerzas la prevención sanitaria, bajo una acción continua.
La instalación de sistemas RCI aprovechan el poder de la luz ultravioleta UV-C para eliminar el riesgo de raíz. Su sistema de purificación reacciona ante la humedad del ambiente. Y de esta manera, activa procesos de oxidación avanzada que circulan por el sistema de ventilación, destruyendo hasta el 99% de los contaminantes. Y a diferencia de muchos métodos de prevención sanitaria, los sistemas RCI son de efecto residual.
Estos sistemas de sanitización pueden instalarse en los sistemas de ductos o ramales del aire acondicionado central. También pueden instalarse en estructuras de cielo raso y techos gypsum, ideal para consultorios o salas de espera.
Igualmente pueden ubicarse como celdas de ciertos aires acondicionados tipo split. Inclusive, puedes ubicarlo en tu negocio sobre una superficie a través de un modelo plug & play como el FreshAir Cube o el AP3000.
Aunque su función no sólo es disminuir el contagio de enfermedades virales por aerosol o contacto. Son capaces de la eliminación de agentes orgánicos como esporas y bacterias, responsables de activar alergias, rinitis y asma.
Además, las celdas RCI actúan también sobre superficies. Es decir, eliminan microorganismos sobre mesas, mostradores, azulejos del baño, manillas y casi todas las superficies que pueda tocar. Esto asegura mantener un régimen de limpieza más integral y seguro para todos.
Esta tecnología resulta imprescindible en el sector de la salud, como salas de espera, consultorios y quirófanos. Es perfecta para restaurantes, bares, hoteles, edificios de oficinas, iglesias, escuelas o dormitorios.
¿Cómo conocer más de estas formidables tecnologías para la salud? Puedes escribirnos vía Whatsapp o mediante un correo electrónico. Nos encargamos de la venta, instalación, mantenimiento y toda la asesoría técnica que requieras.
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